"No necesito actualizar mis
equipos, así estoy bien...muchas gracias". Frase célebre
de muchos encargados de compras de tecnología de las más
variadas organizaciones. ¿Escuchó bien la oferta del
vendedor antes de responder?, ¿habrá discutido el tema
con sus pares de otras áreas?...todos interrogantes
sobre los cuales estoy muy lejos de responder, pero nada
mal vendría la supervisión de los fundamentos de aquella
decisión.
Hoy pocas empresas lo notan, pero
el avance de las nuevas tecnologías disponibles se transforma en
el arma indispensable para conquistar definitivamente al
consumidor, forzando a su competencia a brindar, también a
través de los nuevos medios digitales, tantos servicios o
productos como le sean posibles. En caso contrario sólo les
quedará lamentarse por una diferenciación tecnológica cada vez
más evidente.
Lógicamente, la suposición
principal que provoca la inercia de las empresas a estar
actualizadas, tiene que ver con que sus clientes tampoco lo
están. Un error que muchas veces pagan caro, permitiendo a su
competencia sobrepasarlos sin mayores preámbulos. Aún si su
suposición fuera cierta, refrendada con datos obtenidos de
encuestas que indiquen que un alto porcentaje de los clientes
actuales no precisan, no necesitan o no desean adoptar las
ventajas obtenidas del cambio tecnológico, deberían considerar
siempre la alternativa de educarlos en su uso.
Otro error es considerar a los
actuales clientes como eternos y no ver cómo detrás de ellos se
presenta una nueva generación de clientes unidos visceralmente a
la tecnología. Los jóvenes e-consumidores no buscan en el mundo
real los productos y servicios que necesitan, los buscan en
Internet. Haciendo gala de casos extremos, si su empresa no se
encuentra presente en tan sólo uno de los motores de búsqueda (aquel
que concentra casi la mayor preferencia de la red),
prácticamente podemos aseverar lo siguiente:"Su empresa no
existe para esta generación".
El costo de las tecnologías se
muestra también como una barrera incapaz de verse objetivamente.
Toda innovación en la empresa debe ser adecuadamente analizada,
no sólo desde el punto de vista económico relación costo/beneficio,
sino también de las ventajas derivadas de la imagen de una
empresa a la vanguardia de la tecnología en servicios y
productos para sus clientes. Ser el primero, hasta le puede
asegurar publicidad gratuita y nuevos clientes sin siquiera
haberlo pronosticado.
Las empresas que sí entienden la
importancia de la Internet y la informática saben que los
clientes vinculados a servicios tecnológicos, automatizados o
no, difícilmente se pasarían a una empresa sin estos servicios.
No aceptan excusas de ningún tipo, ni se dejan llevar por los
parámetros tradicionales; incluso si implica aceptar pérdidas
presentes, saben que se aseguran de una u otra forma su futuro
en el mercado.
Por todo esto, cuando un vendedor
de servicios de tecnología golpee la puerta de su empresa, solo
escúchelo, por más convencido que esté sobre el hecho de que no
le aportará nada nuevo a su organización. Quién sabe, quizás
encuentre a través de él una forma de ampliar la brecha digital
de su empresa con la competencia y liderar su mercado en el
futuro. Y, si no lo logra, por lo menos sabrá que su competencia
tampoco usará aquella tecnología en su contra.
Hasta el próximo
articulo.